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Impresión fotográfica desde el móvil

La caja que contenía centenares de imágenes familiares es ahora difícil de encontrar en los hogares, donde lo habitual es que las fotografías sean digitales y estén almacenadas en discos duros o la nube. Hasta finales del siglo pasado quien iba a tomar una instantánea se lo pensaba mucho: los carretes de 12, 24 o 36 negativos eran caros y, además, había que llevarlos a una tienda de fotografía para que los revelaran y positivaran.

Las primeras cámaras digitales no ofrecían calidad suficiente como para competir con las fotografías reveladas en un laboratorio, pero hoy día hasta un teléfono móvil de gama media proporciona buenas imágenes no solo en pantalla, sino para imprimirlas. Las tiendas de revelado han desaparecido prácticamente, pero sí se pueden encargar copias en diversos centros que poseen impresoras o imprimir las fotografías que sean realmente especiales en casa. Ahora bien, no todas las impresoras que se venden para el hogar tienen la misma calidad; por eso, conviene tener en cuenta si se va a utilizar mucho o de forma ocasional.

Las impresoras láser tienen la ventaja de necesitar recambios de tinta con mucha menos frecuencia y ser mucho más rápidas, pero, aparte de ser más caras, no tienen la misma resolución ni tonos que las de inyección de tinta, que son las más adecuadas para imprimir en casa con calidad profesional. Otro factor importante es el papel que se utilice, que también debe ser de fotografía. Un tercer tipo de impresora funciona por sublimación de la tinta y es específica para uso fotográfico. Las impresoras de sublimación utilizan tres cartuchos (cyan, magenta y amarillo, que se imprimen en sendas pasadas, y el color se transfiere por calor al papel en las zonas correspondientes. Después, en algunos casos, el dispositivo añade una capa de protección para proteger el color. Por precio y tamaño, son modelos cuasi exclusivamente profesionales.

Así pues, la opción más adecuada para imprimir en el hogar es una impresora de inyección de tinta con calidad fotográfica. Estos son algunos de los mejores modelos que hay actualmente en el mercado:

Son las más habituales y la mayoría multifunción, con escáner situado en la parte superior para escanear y realizar fotocopias. Su ventaja es que tienen más colores, lo que permite matizar mejor las imágenes impresas:

Con un sistema de 8 tintas en color y tres monocromas para escalas de grises, con las que produce impresiones de calidad profesional. Imprime directamente desde servicios de fotos o el almacenamiento en la nube y es compatible con una amplia gama de papeles, aunque no imprime a doble cara. Es un modelo que pesa bastante, casi 25 kilos, pero a cambio ofrece gran calidad en las imágenes. Utiliza el sistema ChromaLife 100+, de forma que la imagen dura 50 años en una fotografía expuesta a la luz y unos 200 si la se encuentra en un álbum. Con conectividad Wi-Fi y Ethernet. Cuesta 459€.

Con pantalla táctil a color para manejar fácilmente los menús. Imprime, envía faxes, escanea y realiza fotocopias. Imprime también desde el móvil, una tarjeta SD, lápiz de memoria o la nube. Tiene un puerto USB, conectividad Wi-Fi y Bluetooth, además de ser compatible con HP Instant Ink, el servicio del fabricante para que la impresora solicite el envío de tinta cuando detecta que queda poca cantidad. Cuesta 122€.

Uno de los últimos modelos de Epson para impresión de imágenes en alta calidad, con un formato máximo de A3 (uno de los más grandes del mercado para impresoras no profesionales). Se conecta mediante Wi-Fi, Wi-Fi Direct y Ethernet. Sus seis tintas 'Claria Photo HD Ink' tienen tal calidad que las imágenes pueden durar hasta 300 años en un album de fotos. Tiene dos bandejas, una para papel normal A4 y otra para fotos. Se puede imrpimir directamente desde el teléfono móvil o tablet y cuesta 308€.

Ahora es posible llevar encima una impresora de tamaño ligeramente mayor que el papel de una fotografía de 10x15. Estos dispositivos están pensados sobre todo para imprimir las imágenes directamente desde el móvil. Son modelos en los que prima la portabilidad y la ligereza a cambio de perder algo de calidad en la imagen:

Es una de las más populares. Puede recibir las imágenes por USB, tarjeta de memoria o Wi-Fi. Optimiza de forma automática las imágenes y ofrece diversas opciones de filtros, diseños y collages. Las imágenes se imprimen rápido gracias a la tecnología de sublimación de tintas. Pesa menos de un kilo, se puede utilizar sin estar conectada a la red y ver las imágenes en la pantalla integrada (usando una batería externa que se compra aparte). Cuesta 149€.

Pesa 209 gramos y mide 12,5 centímetros de largo. Utiliza una aplicación móvil que está disponible en iOS y Android. Permite añadir marcos a las fotos, inprimir fotogramas de vídeo y crear collages; hasta se utiliza como disparador remoto del móvil. También es compatible con las cámaras X y GFX de Fuji. Cuesta 119€.

Se conecta mediante Bluetooth al móvil y se controla mediante una app. Imprime en papel de 5,8 x 8,6 centímetros y utiliza la tecnología Zink, que imprime sin tinta gracias a un papel especial que crea puntos de color al calentarse; de hecho, tras realizar tres o cuatro copias hay que dejar que se enfríe. No es de las que ofrece imágenes con mejor calidad y el precio por foto es alto, pero sí tiene gran manejabilidad y ligereza: mide 14,2 x 8,9 x 1,8 cm y pesa 200 gamos. Su precio es de 127€.

Se conecta por Wi-Fi e imprime imágenes de 10x15 mediante transferencia térmica. Tiene unas dimensiones de 10 x 7 x 16,6 cm y pesa algo menos de 800 gramos. El papel se vende en packs de 40, 80 o 120 hojas, y también puede imprimir pegatinas. Existen plantillas para tarjetas, filtros y una herramienta para crear collages. Cuesta 120€.

Un modelo compacto y ligero: mide 7,3 x 11,9 x 2,2 cm y pesa 187 gramos. Utiliza la tecnología ZINK Zero Ink para impresión térmica, por lo que no necesita tinta e imprime fotos de 5 x 7,6 cm ( cada carga de la batería sirve para unas 25 instantáneas). Se conecta vía NFC, Bluetooth o micro USB y cuesta 125€.