El Banco de España explica por qué la emisión de billetes se disparó durante la crisis del covid - elEconomista.es

2022-09-03 10:27:29 By :

La pandemia del covid-19 ha supuesto un nuevo golpe para los pagos en efectivo. El miedo a usar unos billetes y monedas que pasan por miles de manos ha llevado a que solo el 36% de los españoles opten por los pagos en efectivo de forma habitual (frente al 80% de 2014). Sin embargo, a la par que esto sucedía, el Banco de España (BdE) tuvo que multiplicar su emisión neta de billetes durante la crisis para satisfacer la demanda de efectivo. Esta es una paradoja que tiene explicación.

¿Por qué el Banco de España ha tenido que imprimir muchos más billetes si ahora 'todo' se paga con tarjeta, móvil o bizum? Los pagos no lo son todo. Aunque esa es la principal función del dinero, las familias y las empresas también pueden utilizarlo como depósito de valor (ahorro). Esta última función, junto a otras peculiaridades de la economía de España, es la que ha obligado al BdE a poner a funcionar sus impresoras a toda máquina.

BdE: "Fue un enorme reto emitir tantos billetes, había que gestionar el incremento de la demanda de efectivo, a la par que se daba cumplimiento a los estrictos protocolos sanitarios" 

No solo en España, este fenómeno ha sucedido en buena parte de Europa durante la crisis del covid y tiene nombre propio: la paradoja del efectivo. La incertidumbre que ha generado la crisis ha llevado a las familias a atesorar una mayor parte de su ahorro en efectivo. Los hogares y las empresas han optado por conservar una mayor parte de sus ahorros en billetes, que suelen generar la sensación de mayor seguridad que una anotación electrónica en una cuenta bancaria. Al fin y al cabo no parece descabellado pensar que en en una crisis aguda el sistema bancario sufra fuertes turbulencias que pongan en peligro parte de los ahorros (incluso con la existencia del Fondo de Garantía de Depósitos) .

María Concepción Jiménez, directora General de Efectivo y Sucursales del Banco de España, explicaba esta semana en un discurso que la demanda de efectivo había aumentado considerablemente durante la pandemia en la mayor parte de los países, a pesar de las sospechas iniciales de que el efectivo propagaba el virus. Esto revela que en muchos casos el miedo a perder los ahorros fue incluso mayor que el miedo a contraer el virus, puesto que buena parte de la sociedad se 'atrevió' a manipular billetes como medio de ahorro, aunque las compras se efectuasen a través de medios de pago digitales.

Lo cierto es que España no ha sido una excepción: "La emisión neta de billetes ha sido positiva, lo que contrasta con la situación prepandemia, cuando solía ser negativa. La emisión neta acumulada aumentó hasta casi 10.000 millones de euros en 2020. Es decir, el importe se multiplicó por 25 de un año a otro", aseguró en su discurso Concepción Jiménez.

Esta experta del Banco de España explica que "la pandemia impulsó un aumento en la demanda de billetes para ser usados como depósito de valor por motivos de precaución", pese a que la crisis del covid-19 aceleró la tendencia a la baja en el uso del efectivo como medio de pago que se venía detectando en los años previos. "En otras palabras, se observó un incremento de la demanda de efectivo como depósito de valor y una reducción de la misma como medio de pago". Esto es lo que se conoce como la paradoja del efectivo.

Por otro lado, España sufrió un agravante más de esta situación. Concepción Jiménez explica que "las restricciones a los viajes internacionales provocaron la práctica paralización de los flujos de turismo, y de los consiguientes flujos de entrada de billetes derivados del mismo, tradicionalmente muy elevados en España". Frente a las transacciones de bienes que suelen hacerse de forma digital a través del sistema financiero, los turistas suelen mostrar cierta preferencia por los pagos en efectivo (en parte también por la desconfianza que generan los pagos digitales fuera de nuestras fronteras). Como se puede ver, siempre hay que falta de confianza o de seguridad tendemos a recurrir a los billetes y las monedas, el dinero de 'siempre'.

Como España es un país receptor neto de turistas, este flujo supone en un año normal (sin pandemia) una fuente sólida de entrada de billetes y monedas (efectivo), lo que obliga normalmente al Banco de España a retirar más efectivo del que introduce para alcanzar el importe de billetes de euros asignados a España, que depende de su participación en el capital del Banco Central Europeo.

"El efecto neto de estos factores explica el significativo aumento de la emisión neta de billetes en España durante el año 2020, y también el desigual comportamiento de las distintas denominaciones, de reducción o crecimiento muy moderado en las bajas (billetes más pequeños), y mayor impulso en las medias-altas (billetes más grandes que facilitan el ahorro)", señala la economista del Banco de España.

Concepción Jiménez reconoce que este súbito incremento de la demanda de efectivo supuso un "enorme reto" para el Banco de España: "Había que gestionar el incremento de la demanda de efectivo, a la par que se daba cumplimiento a los estrictos protocolos sanitarios y las restricciones impuestas por las autoridades para combatir el covid-19. Por tanto, al inicio de la crisis sanitaria hubo que desarrollar una estrategia que priorizara las tareas físicas esenciales, mientras que se protegía a los trabajadores del contagio y se recurría al teletrabajo cuando era posible", aseguraba este miércoles la experta durante su discurso.

Asimismo, desde el BdE explican que al formar parte del Eurosistema, hubo que coordinarse con otros países con el fin de garantizar el suministro de billetes no solo a los ciudadanos españoles sino a todos los europeos, entre todos los bancos centrales que lo conforman. "Del mismo modo fue necesario modificar y reprogramar el transporte interno y transfronterizo, e incluso recurrir a las reservas estratégicas de billetes del BCE", asegura la experta.

En la actualidad, la emisión neta de billetes acumulada ha comenzado a retornar muy lentamente a su tendencia previa a la crisis, pero aún se sitúa muy por encima de los niveles de 2019, habiendo alcanzado unos 8.400 millones de euros en 2021.

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El dinero es el dinero, el resto es puro cuento. Si por cualquier motivo el sistema bancario se para el dinero es lo único que te salva. No me extraña pues que la gente acumule todo lo que pueda para no quedarse con el trasero al aire.

Todavía circulan billetes de euro, del 2002, de la primera firma. Yo los veo cada día a mansalva. Ayer mismo, en el Mercadona, una chica se tiró media hora para pagar, mediante tarjeta de crédito, una caja de tres huevos de chocolate de la "Barbie". Y la cajera, otra inútil: "¡el lector de tarjetas no lee bien la tarjeta de crédito! ¡Pásala de nuevo, por favor!" Yo iba detrás de la chica y compré exactamente lo mismo. Mi hija colecciona los juguetes en miniatura de la "Barbie". Ya digo, exactamente lo mismo: una caja de tres huevos de chocolate de la "Barbie". Y pagué el importe exacto, 1,45 euros, con monedas. Tardé menos de tres segundos en pagar. Y, a continuación, le dije a la cajera: "¡gente gi.li.po.llas siempre habrá! ¡Con lo sencillo y rápido que es pagar en efectivo! ¡Deberíais prohibir el pago mediante tarjeta de crédito o de débito! ¡Ya está bien de tanta tontería! ¡Por eso se forman largas colas de clientes!" Pues no veáis cómo se puso la cajera conmigo. Menuda bronca y menudo sermón me metió. Que si yo vivía todavía en la Edad de Piedra por pagar con mugrientas monedas de euro, de 1999. Que un poco más y le pago en pesetas con el rostro de Franco. Hasta se metió con mi vestuario: que por qué llevo un sombrero de copa, que eso es anticuado. Y bla, bla, bla... Mujeres...

El dinerito contante y sonante es lo que vale. Las anotaciones contables son susceptibles de ser hackeadas. Además te dan sensación de mas libertad y seguridad. El plástico contamina y ha mandado al paro a muchísima gente, y se chiva de lo que compres a entes y personas sospechosas de choriceo legalizado!!! Vds verán ....

Ya llevamos varios años en que están desapareciendo oficinas bancarias. Yo, si necesito dinero en efectivo, voy a un cajero automático y saco el importe que quiero. Ahora bien, ya se sabe que es muy cómodo domiciliar los recibos y hacer transferencias externas desde la página web del banco. Pero ¿alguien piensa en las personas mayores? Si las personas mayores ya no pueden ir a una ventanilla, con su cartilla, como se ha hecho siempre, ¡apaga y vámonos! Y no vale la excusa de decir que "hay que modernizarse porque la gente joven paga con el teléfono móvil, mediante Bizum, etc.". Esos nuevos métodos de pago son auténticas gilipolleces. Porque yo soy joven todavía y jamás he querido ser un esclavo de las nuevas modas impuestas. De hecho, estoy reutilizando el teléfono móvil que usaba mi padre en 1983. Un Motorola DynaTAC 8000x. Es un "ladrillo", pero todavía funciona. Creo que soy el único cliente que sigue siendo de Airtel. Jajaja. Me dan mucha pena mis propios amigos. Ellos escuchan música de "Espotifaif". Y yo, en cambio, escucho música en disco de vinilo y en cinta de casete. Los bolígrafos Bic no los uso para escribir, sino para rebobinar cintas de casete. Todavía no me atrevo con el CD. Lo veo aún demasiado moderno.